¿Autoengaño o falta de conocimiento propio?

El conocer nuestras competencias y también nuestras falencias hace que tomemos decisiones acertadas o erróneas a lo largo de nuestra vida laboral.

Todos hemos escuchado a alguien decir: “el haber aceptado ese puesto estancó mi vida profesional”, pero ¿por qué sucede esto?; por la falta de conocimiento propio o lo que es peor, el autoengaño que no es otra cosa que no conocer nuestras competencias y no aceptar nuestras falencias, esto hace que tomemos decisiones acertadas o erróneas a lo largo de nuestra vida laboral; lo anterior, sumado a la falta de un objetivo claro y definido hace que se incrementen las probabilidades de asumir retos para los cuales no estamos preparados.

Ésta entrada en especial, la escribo porque en menos de un mes he tenido más de cinco casos similares de personas desesperadas porque acabaron de quedarse sin empleo o saben que les queda poco tiempo en la empresa por haber aceptado un reto para el cual sus competencias no estaban alineadas, dejando en tela de juicio toda una trayectoria de éxito.

Voy a centrarme en un caso en especial:

Pedro, colombiano, tuvo una vida laboral exitosa durante 15 años seguidos, escaló y llegó a ser el vicepresidente de una empresa colombiana con presencia en varios países de América Latina. Esta empresa había llegado a Argentina hace más de 10 años, donde habían logrado buena penetración de mercado pero que en los últimos cinco años el CEO había dejado mucho que desear. La Junta Directiva se reúne y decide que Pedro es la persona idónea para levantar y posicionar la empresa en Argentina, Pedro feliz acepta y se traslada a Argentina con su familia como CEO Argentina.

Como se esperaba, su rendimiento superó las expectativas, en menos de un año logró lo impensable y al segundo año los números hablaban por sí solos, pasaron de tener cifras en rojo a dar utilidades al segundo año, algo que el anterior Gerente no había logrado en cinco años; las felicitaciones no se hicieron esperar y La Junta Directiva, al ver esto, pensó que Pedro era la persona idónea para abrir desde cero un nuevo mercado: Brasil. Al escuchar la propuesta, Pedro sin pensarlo aceptó y en menos de seis meses se ubicó en Brasil con su familia.

Después de dos años en Brasil, Pedro no mostraba ningún resultado ni posibilidades de generarlo y como era de esperarse le dieron seis meses más para que evaluara y replanteara sus estrategias, pero por desgracia nunca pudo hacer nada en ese país.

Cuando empezamos a analizar y a evaluar las competencias de Pedro, nos dimos cuenta que él es muy bueno reestructurando organizaciones y llevando a su máximo nivel los equipos de trabajo que ya están establecidos, y hace que las empresas pasen de tener pérdidas a jugosas utilidades; pero no le va nada bien empezando desde cero; al no tener esto claro o al saberlo, pero no aceptarlo, que es lo que yo llamo un autoengaño, puso en riesgo su trayectoria profesional. Ahora, después de haber estado al máximo nivel deseado en una empresa que le permitió un crecimiento profesional exitoso, sale de esa misma por la puerta de atrás.

Si Pedro hubiera sido consciente de sus competencias, jamás hubiera aceptado Brasil, pero el no conocerse o el no aceptar sus limitaciones hizo que tomara una pésima decisión poniendo además en riesgo su vida laboral exitosa.

Cuando nos enfrentamos a nuevos retos, siempre es necesario evaluar y analizar si se es la persona idónea para asumir este desafío, pues es preferible rechazar con argumentos por qué declinamos una oferta y no quemarnos por aceptar sin analizar.

La lección de todo esto no es otra que evidenciar la importancia que tiene el auto reconocimiento, que además se va puliendo a través de los años dado que los primeros años de vida laboral son para encontrar el rumbo y tomar conciencia de nuestras competencias y habilidades pero a medida que pasa el tiempo cada paso que damos debe ser completamente medido y meditado, además de estar condicionado a los objetivos laborales propios.

Hasta la próxima.