Cuándo dar un paso al lado

A menudo me hacen la misma pregunta: "Claudia, ¿cuándo debería renunciar?" Y mi respuesta siempre es la misma: Cuando te sientas listo.
Las relaciones laborales, en muchos aspectos, son similares a las relaciones de pareja. Al principio, todo parece perfecto, lleno de expectativas y emociones. Nos lanzamos con entusiasmo, con la sensación de que hemos encontrado la oportunidad soñada, y nos entregamos sin reservas. Pero con el paso del tiempo, las cosas cambian. Lo que antes parecía un desafío emocionante comienza a ser monótono, la motivación se va apagando y, sin darnos cuenta, caemos en un ciclo donde todo empieza a sentirse agotador. A veces, aunque queremos cambiar, volvemos a lo mismo porque lo conocido nos da seguridad, nos mantiene en nuestra zona de confort.
Si te encuentras en un momento en el que no dejas de preguntarte: "¿Y si encuentro algo mejor? ¿Y si me atrevo a buscar nuevas oportunidades? ¿Y si renuncio?", pero enseguida llegan los miedos y las dudas: "¿Será complicado encontrar algo?", "¿Soy demasiado mayor para hacer un cambio?", "¿Estoy listo para el desafío?", quiero decirte algo muy importante: Nunca sabrás lo que la vida tiene preparado para ti si no te permites explorar nuevas posibilidades.
Mi consejo para todos los que me hacen esta pregunta es claro: vive el proceso. Permítete sentir y procesar lo que estás viviendo mientras sigues en tu trabajo actual. Haz el duelo de lo que has dejado atrás, pero no dejes de buscar lo que te emociona y te inspira. Comienza a explorar nuevas oportunidades y hazlo acompañado de los profesionales que puedan guiarte en este camino. Te ayudarán a presentarte de manera efectiva, a recuperar la confianza en ti mismo y, sobre todo, a dar ese valiente paso hacia un futuro más alineado con tus verdaderos deseos y potencial.
Recuerda, la única manera de saber lo que te espera al otro lado es dar ese paso hacia lo desconocido con valentía y confianza.
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